Durante las jornadas de lucha de las invasiones ingleses, doce soldados ingleses se metieron en la casa de doña Martina Céspedes, madre de tres hijas, vivía en Humberto I frente a la Iglesia de San Telmo. Atendía un humilde negocio de venta de bebidas y alimentos. Hasta él llegaron los invasores aquella mañana del 5 de julio de 1807, ávidos de alcohol.
Doña Martina y sus tres hijas los recibieron cordialmente y les sirvieron bebidas con generosidad, hasta que los doce fiesteros ingleses terminaron totalmente borrachos y encerrados en una pieza, hasta que fueron entregados a Liniers por Doña Martina. Por la hazaña recibió el cargo de “Sargento Mayor con goce de sueldo y uso de uniforme”.
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