Qué triste cuando todo parece premarcado,
y el ser - bicho canasto - guarda su alma
protegido y poseso,
perdido cuando olvida
su oportunidad, la única,
la propia, la especial
de abrazar a conciencia
cada rayo de sol cada gota de mar
cada fe, que dispersa,
le arrugará la sombra del beso capital
de sentir en la sangre la cálida energía
de oponerse a los miedos
y crear la sonrisa
que tribute al camino
mostrando la ignorancia
de aquella fe perdida,
Un aire en actitud
de quebrar rectilíneas
para blandir coraje
y parirse la vida.
Laura ORORBIA
Precioso poema. No me pilla desprevenido, tratandose de Laura tenía que ser bueno. Un beso.
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