EN LA PROFUNDIDAD

Cayó a lo profundo
en incómoda posición,
se sintió pisoteada una y otra vez
más no renegó
se adapató
una misión debía cumplir.
En las tinieblas
del estrecho espacio
zozobra no sintió, la tranquilizaba
cierta inquietud esperanzadora.
Malhumorabale esa prisión
oscura, húmeda, asfixiante,
ansiaba aire y claridad.
Inesperadamente su cuerpo reacciona
se moviliza, late,
revolución interior, brío, vigor
una fuerza indómita la posee
obligándola a abrirse paso.
Mientras más escapa de sí
más energías cobra.
De pronto
la presión cede,
el techo se resquebraja
abriéndose claro, luminoso.
El nuevo espacio enceguece
los dedos de un rayo de sol
rescatan al vástago
entregándolo a la tibia mañana.
En la profundidad
su vacío solloza la semilla

Myrian