martes, 20 de septiembre de 2011
EL DÍA DE MAÑANA
Conservo aún vida en mis ojos
que me ayuda en la oscuridad a trazar una estrategia,
conducta que impide permanecer paralizado
cuando es obvio que nada podrá inquietarme.
Igual que en la niñez me dejo sorprender
por los sitios sin límites
que muestra el agujero en la pared.
Llegan hasta mí las voces de los que avanzan
hacía ese otro lugar que desconozco
y solo veo a través de la abertura.
No puedo apartar los ojos, no estoy dispuesto
a una pérdida más.
Sigo el curso de las voces, a veces tan débiles
que parecen proyectadas desde mi boca inhábil
hasta ese espacio que por momentos se hace inexistente.
Alguno de los dos está en lado equivocado,
escribes en una carta que a ratos leo.
Aún no la he podido responder.
Aún no sé cuál de los dos conserva la cabeza,
no puedo saberlo si la oscuridad sigue aferrada a mí.
Estado perfecto el de no habitar ningún sitio real,
escuchar voces y poderse acercar a la abertura
de la pared en que escribo con dolor
algunos razonamientos de tu carta.
En el lado equivocado, escucho repetir
desde el impreciso espacio que existe
en esa otra dirección de la abertura.
Arístides Vega Chapú ( Poeta y escritor cubano)
que me ayuda en la oscuridad a trazar una estrategia,
conducta que impide permanecer paralizado
cuando es obvio que nada podrá inquietarme.
Igual que en la niñez me dejo sorprender
por los sitios sin límites
que muestra el agujero en la pared.
Llegan hasta mí las voces de los que avanzan
hacía ese otro lugar que desconozco
y solo veo a través de la abertura.
No puedo apartar los ojos, no estoy dispuesto
a una pérdida más.
Sigo el curso de las voces, a veces tan débiles
que parecen proyectadas desde mi boca inhábil
hasta ese espacio que por momentos se hace inexistente.
Alguno de los dos está en lado equivocado,
escribes en una carta que a ratos leo.
Aún no la he podido responder.
Aún no sé cuál de los dos conserva la cabeza,
no puedo saberlo si la oscuridad sigue aferrada a mí.
Estado perfecto el de no habitar ningún sitio real,
escuchar voces y poderse acercar a la abertura
de la pared en que escribo con dolor
algunos razonamientos de tu carta.
En el lado equivocado, escucho repetir
desde el impreciso espacio que existe
en esa otra dirección de la abertura.
Arístides Vega Chapú ( Poeta y escritor cubano)
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