martes, 20 de septiembre de 2011
SADAKO SASAKI y LAS MIL GRULLAS
Cada año, para el 6 de agosto, Día de la Paz, llegan miles de grullas de papel a Hiroshima, desde los puntos más alejados del planeta.
¿Por qué? te prguntarás.
Sadako Sasaki(07-01-43 / 25-10-55) fue una joven que vivió cerca del puente Misasa en Hiroshima, Japón. El 6 de agosto de 1945 sólo tenía dos años cuando Estados Unidos hizo estallar dos bombas atómicas sobre la población civil. En el momento de la explosión estaba en su casa, que se encontraba a 1,5 km de la zona cero de la deflagración. Nueve años después, Sadako era una niña fuerte, atlética y con mucha energía. Mientras corría una carrera, empezó a sentirse mal y cayó al suelo. Le fue diagnosticada leucemia, conocida como «enfermedad de la bomba A».
Su mejor amiga, Chizuko Hamamoto, le recordó una vieja tradición sobre alguien que realizó 1000 grullas de papel y gracias a ello los dioses le concedieron un deseo. Con sus propias manos, Chizuko le regaló la primera grulla que realizó en papel dorado y le dijo:
«Aquí tienes tu primera grulla».
Sadako tenía la esperanza de que los dioses le concedieran el deseo de volver a correr de nuevo. Al poco tiempo de empezar su tarea conoció a un niño que le quedaba muy poco tiempo de vida por la misma causa, la leucemia, le animó a que hiciera lo mismo que ella con las grullas pero el niño respondió: «Sé que moriré esta noche».
Sadako pensó que no sería justo pedir la curación sólo para ella, y pidió que el esfuerzo que iba a hacer sirviera para traer la paz y la curación a todas las víctimas del mundo.
Con el papel de los botes medicinales y otros que iba encontrando llegó a completar 644 grullas de papel. El avance de la enfermedad impidió que acabase de realizar la tarea, muriendo el 25 de octubre de 1955 (a los 12 años de edad) tras 14 meses de ingreso en el hospital. Sus compañeros de escuela, después de su fallecimiento, llegaron a completar el número, aportando las grullas que faltaron por hacer hasta 1.000.
Los compañeros de escuela y amistades pensaron dedicarle un monumento donde se representaría a Sadako sosteniendo una grulla dorada en su mano, también dedicada a todos los niños que murieron a causa de las dos bombas atómicas.
Y por fin, en el Parque de la Paz de Hiroshima fue construído en 1958, en la base está escrito
«Este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: paz en el mundo».
Monumento a Sadako Sasaki en Hiroshima en donde fue el primer blanco civil de las bombas atómicas estadounidenses, rodeado por grullas de papel
Niños japoneses le dedican un homenaje a Sadako realizando grullas de papel
La historia fue tan impactante que trascendió los límites de Japón, convirtiéndose en un referente mundial de los movimientos pacifistas.
Es tradición en Japón el regalar un origami de grulla a las personas enfermas para desearles una pronta recuperación.
¿Por qué? te prguntarás.
Sadako Sasaki(07-01-43 / 25-10-55) fue una joven que vivió cerca del puente Misasa en Hiroshima, Japón. El 6 de agosto de 1945 sólo tenía dos años cuando Estados Unidos hizo estallar dos bombas atómicas sobre la población civil. En el momento de la explosión estaba en su casa, que se encontraba a 1,5 km de la zona cero de la deflagración. Nueve años después, Sadako era una niña fuerte, atlética y con mucha energía. Mientras corría una carrera, empezó a sentirse mal y cayó al suelo. Le fue diagnosticada leucemia, conocida como «enfermedad de la bomba A».
Su mejor amiga, Chizuko Hamamoto, le recordó una vieja tradición sobre alguien que realizó 1000 grullas de papel y gracias a ello los dioses le concedieron un deseo. Con sus propias manos, Chizuko le regaló la primera grulla que realizó en papel dorado y le dijo:
«Aquí tienes tu primera grulla».
Sadako tenía la esperanza de que los dioses le concedieran el deseo de volver a correr de nuevo. Al poco tiempo de empezar su tarea conoció a un niño que le quedaba muy poco tiempo de vida por la misma causa, la leucemia, le animó a que hiciera lo mismo que ella con las grullas pero el niño respondió: «Sé que moriré esta noche».
Sadako pensó que no sería justo pedir la curación sólo para ella, y pidió que el esfuerzo que iba a hacer sirviera para traer la paz y la curación a todas las víctimas del mundo.
Con el papel de los botes medicinales y otros que iba encontrando llegó a completar 644 grullas de papel. El avance de la enfermedad impidió que acabase de realizar la tarea, muriendo el 25 de octubre de 1955 (a los 12 años de edad) tras 14 meses de ingreso en el hospital. Sus compañeros de escuela, después de su fallecimiento, llegaron a completar el número, aportando las grullas que faltaron por hacer hasta 1.000.
Los compañeros de escuela y amistades pensaron dedicarle un monumento donde se representaría a Sadako sosteniendo una grulla dorada en su mano, también dedicada a todos los niños que murieron a causa de las dos bombas atómicas.
Y por fin, en el Parque de la Paz de Hiroshima fue construído en 1958, en la base está escrito
«Este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: paz en el mundo».
Monumento a Sadako Sasaki en Hiroshima en donde fue el primer blanco civil de las bombas atómicas estadounidenses, rodeado por grullas de papel
Niños japoneses le dedican un homenaje a Sadako realizando grullas de papel
La historia fue tan impactante que trascendió los límites de Japón, convirtiéndose en un referente mundial de los movimientos pacifistas.
Es tradición en Japón el regalar un origami de grulla a las personas enfermas para desearles una pronta recuperación.
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2 comentarios:
Cosas como esta mantienen viva mi esperanza en el ser humano.
Es una historia muy conmmovedora que nos debe recordar a cada ser humano que la paz mundial es un deber y derecho de todos.
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