viernes, 5 de febrero de 2010
MARTA RODRÍGUEZ DE MERLO - Poetisa
Marta Rodríguez nación en Leones, provincia de Córdoba el 14 de enero de 1970, sus estudio primarios los realizó en la Escuela "Cdte.Luis Piedrabuena", sus tiempos de secundario la vio pasar por las aulas del Establecimiento Educacional "Manuela Pedraza".
Está casada, es madre de dos hijos, Larisa y Sergio.
Escribir es su pasión desde muy joven, influencia e incentivo que recibió de su profesora del secundario, María Isable Fruttero.
LOS POETAS LLORAN POESÍAS
Dios creó el mundo
en el silencio de la noche,
y lloró hilos de vida
sobre la tierra y sin reproches.
Un rayo de luz cortó el infinito
dejando entrar frecura
su mano tapó el alma
de los ángeles en desmesura.
En medio de lo imposible
comenzó a latir el corazón
de aquellos que duermen a oscruras
y que se desgarran la ilusión.
Las estrellas fueron testigos
del desborde de mi sangre
que hierve en mis venas
como un león con hambre.
El despertar me acaricia
en un vientre valiente
que una noche de enero
destella muy ardiente.
Un punro en el espacio
hace mi niñez crecer
y sin darme cuenta
se deshoja una mijer.
Las aves libres de alma
conocen la libertad
llevando en su vuelo
una arruga de felicidad.
Hoy el horizonte
me muestra una realidad
que quema mis recuerdos
qué tristeza me da.
Los poetas lloran poesía
sobre una hoja blanca
mi presencia ausustada
mi desesperación canta.
Es inútil llorar
es inútil comprender
que la inocencia de la vida
a Dios lo va a obedecer.
Mi vida se apaga
lentamente voy hacia tí
recógeme en tus brazos
hoy me dejo morir.
Marta Rodríguez
Está casada, es madre de dos hijos, Larisa y Sergio.
Escribir es su pasión desde muy joven, influencia e incentivo que recibió de su profesora del secundario, María Isable Fruttero.
LOS POETAS LLORAN POESÍAS
Dios creó el mundo
en el silencio de la noche,
y lloró hilos de vida
sobre la tierra y sin reproches.
Un rayo de luz cortó el infinito
dejando entrar frecura
su mano tapó el alma
de los ángeles en desmesura.
En medio de lo imposible
comenzó a latir el corazón
de aquellos que duermen a oscruras
y que se desgarran la ilusión.
Las estrellas fueron testigos
del desborde de mi sangre
que hierve en mis venas
como un león con hambre.
El despertar me acaricia
en un vientre valiente
que una noche de enero
destella muy ardiente.
Un punro en el espacio
hace mi niñez crecer
y sin darme cuenta
se deshoja una mijer.
Las aves libres de alma
conocen la libertad
llevando en su vuelo
una arruga de felicidad.
Hoy el horizonte
me muestra una realidad
que quema mis recuerdos
qué tristeza me da.
Los poetas lloran poesía
sobre una hoja blanca
mi presencia ausustada
mi desesperación canta.
Es inútil llorar
es inútil comprender
que la inocencia de la vida
a Dios lo va a obedecer.
Mi vida se apaga
lentamente voy hacia tí
recógeme en tus brazos
hoy me dejo morir.
Marta Rodríguez
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