lunes, 26 de abril de 2010
DANZA BUTOH (Lo que el alma cuenta)
Hace poco más de treinta años Japón daba a luz una nueva concepción de la danza contemporánea. Una estética de vanguardia que nacía en un territorio impreciso entre Oriente y Occidente, entre la materia y el alma, entre el mundo del sueño y el ensueño: el Butoh o danza de las tinieblas.
Esta corriente artística que crearon e impulsaron los maestros japoneses Tatsumi Hijikata y Kazuo Ohno en la década del sesenta busca romper con modelos establecidos o estereotipos, con una poética que se caracteriza por ser portadora de una profunda filosofía de vida, que pone por sobre todas las cosas la esencia del ser humano y su necesidad de expresión.
Si bien sus raíces se encuentran en las más antiguas tradiciones folklóricas japonesas (Teatro Kabuky - Teatro Noh) la Danza Butoh reconoce influencias de movimientos europeos de la posguerra, como el dadaísmo y el surrealismo, pero especialmente del expresionismo alemán.
El Butoh traspasa la voluntad de la razón para entrar en el arte del mundo mágico. El Butoh no adopta como método de expresión artística el cubrir el cuerpo con la forma. El cuerpo es de por si forma; captar la forma, haciendo brillar tal como es la fuerza de la vida, su belleza y fealdad, es la base del Butoh.
Etimológicamente el termino viene de "BU" (enterrarse con los pies) y "TOH" (para poder volar con los brazos). Esta idea aporta a Occidente una perspectiva diferente, un punto de vista "donde los pies y las manos se puedan juntar, pero por dentro, no por fuera. Es ir a favor de la gravedad yendo al mismo tiempo ir en contra. La idea es romper con la "belleza", con la idea del "yo". Es el anti "yo", el anti "show".
Las memorias de la infancia, la fertilidad de la tierra, figuras de salvajes primitivos, de dioses o de monjes budistas, cadáveres en movimiento, antiguas estrellas de cine o bailarines flamencos, constituyen algunas de las expresiones que el Butoh puede llegar a concretar, siempre manejando con extremo rigor la estética de lo inesperado.
El Butoh es una vanguardia que crea, con imágenes de pesadilla, una danza donde los movimientos se eternizan en estampa y los contenidos alcanzan la densidad expresiva de verdaderas esculturas cinéticas.
El alma, para expresarse, necesita despojarse de todo lo accesorio, del orden y de las reglas, para entrar en el mundo del sentimiento sin adornos. Cuando nació el ankoku butoh, lo hizo para dejar hablar al alma a través del cuerpo. Fue en 1959, en un Japón de posguerra devastado física y moralmente por la bomba atómica. Fue el día en el que Tatsumi Hijikata puso en escena la primera representación de butoh, para algunos, la expresión de un pueblo con una nueva conciencia de humanidad.
Esta corriente artística que crearon e impulsaron los maestros japoneses Tatsumi Hijikata y Kazuo Ohno en la década del sesenta busca romper con modelos establecidos o estereotipos, con una poética que se caracteriza por ser portadora de una profunda filosofía de vida, que pone por sobre todas las cosas la esencia del ser humano y su necesidad de expresión.
Si bien sus raíces se encuentran en las más antiguas tradiciones folklóricas japonesas (Teatro Kabuky - Teatro Noh) la Danza Butoh reconoce influencias de movimientos europeos de la posguerra, como el dadaísmo y el surrealismo, pero especialmente del expresionismo alemán.
El Butoh traspasa la voluntad de la razón para entrar en el arte del mundo mágico. El Butoh no adopta como método de expresión artística el cubrir el cuerpo con la forma. El cuerpo es de por si forma; captar la forma, haciendo brillar tal como es la fuerza de la vida, su belleza y fealdad, es la base del Butoh.
Etimológicamente el termino viene de "BU" (enterrarse con los pies) y "TOH" (para poder volar con los brazos). Esta idea aporta a Occidente una perspectiva diferente, un punto de vista "donde los pies y las manos se puedan juntar, pero por dentro, no por fuera. Es ir a favor de la gravedad yendo al mismo tiempo ir en contra. La idea es romper con la "belleza", con la idea del "yo". Es el anti "yo", el anti "show".
Las memorias de la infancia, la fertilidad de la tierra, figuras de salvajes primitivos, de dioses o de monjes budistas, cadáveres en movimiento, antiguas estrellas de cine o bailarines flamencos, constituyen algunas de las expresiones que el Butoh puede llegar a concretar, siempre manejando con extremo rigor la estética de lo inesperado.
El Butoh es una vanguardia que crea, con imágenes de pesadilla, una danza donde los movimientos se eternizan en estampa y los contenidos alcanzan la densidad expresiva de verdaderas esculturas cinéticas.
El alma, para expresarse, necesita despojarse de todo lo accesorio, del orden y de las reglas, para entrar en el mundo del sentimiento sin adornos. Cuando nació el ankoku butoh, lo hizo para dejar hablar al alma a través del cuerpo. Fue en 1959, en un Japón de posguerra devastado física y moralmente por la bomba atómica. Fue el día en el que Tatsumi Hijikata puso en escena la primera representación de butoh, para algunos, la expresión de un pueblo con una nueva conciencia de humanidad.
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3 comentarios:
Que interesante todo lo de la cultura oriental, espiritualidad pura, meditación. No conocía ésta danza.
Muchas gracias, es una explicación muy acertada y bella de esta danza, con tu permiso lo comparto.
Un gusto saber que ha sido útil para ti. Compartamos porque...es bueno comunicarnos.
Saludos
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