domingo, 17 de abril de 2011
PERROS FAMOSOS
Laika: Enviada al espacio el 3 de Noviembre de 1957. A los 7 días murió por falta de oxígeno, y posteriormente su cápsula se desintegró al ingresar a la atmósfera de la tierra, el 14 de Abril de 1958, luego haber orbitado la tierra más de 2368 veces, recorriendo más de 100 millones de kilómetros. Laika fue pionera del programa espacial ruso, tras ella la URSS enviaría al espacio 12 perros más de los cuales 5 llegarían vivos de vuelta a tierra. En octubre de 2002, el científico Dimitri Malashenkov, quien participó en el lanzamiento del Sputnik 2, reveló que Laika había muerto entre cinco y siete horas después del despegue, debido al estrés y sobrecalentamiento.
Balto: El famoso perro-lobo es una historia real. En 1925 un solitario pueblo ubicado en el noroeste de Alaska, Nome, sufría una epidemia de difteria. El único médico del pueblo se comunico con el hospital de Anchorage, a varios cientos de kilómetros de distancia para solicitar dosis de vacunas para todos los habitantes de Nome, aunque tenían un problema: el transporte. La solución llegó la de mano de Gunnar Kaasen y su equipo de Siberian Huskys guiados por Balto, el más experimentado de sus perros. En medio de una terrible tormenta de nieve, por más de 1000 kilómetros y sólo guiado por el instinto de Balto, las vacunas llegaron a tiempo para parar la epidemia. Balto y los demás Siberian Huskys fueron vendidos al zoológico de Cleveland en 1927. Tras su muerte en 1933 Balto fue embalsamado, y está expuesto en el Museo de Historia Natural de Cleveland. Balto tiene su estatua en Nome y en el parque central de New York.
Barry: Barry es el nombre del perro de raza San Bernardo más famoso de la historia. Entre 1800 y 1812 vivió en el Hospicio de San Bernardo, ubicado en el paso homónimo, en Suiza. Allí ayudaba a los monjes del Hospicio, auxiliando viajeros y peregrinos extraviados, aportando su notable desenvolvimiento en la nieve y sentido de orientación Su fama se debe a una leyenda iniciada a fines de 1860, que da cuenta del heroico rescate de 40 viajeros perdidos, hasta que el último de ellos lo confunde con un lobo y le da muerte. Aunque esta historia es falsa, ha sido reproducida por decenas de libros y revistas, contribuyendo a acrecentar notablemente la fama de los San Bernardo.
En 1812 un monje lo lleva a la ciudad de Berna, donde muere en 1814. Su cuerpo embalsamado se encuentra expuesto en la entrada del Museo de Historia Natural de Berna - Suiza.
Stubby: es un Pit Bull perteneciente a un soldado de la armada que cuando recibió órdenes de partir hacia la guerra en Europa, se lo metió bajo el abrigo y juntos embarcaron hacia Francia. La 102 Infantería, y su nueva mascota Stubby, alcanzaron las trincheras del frente francés en febrero de 1918. Los primeros 30 días fueron un bombardeo continuo noche y día. Los soldados de la unidad estaban asombrados de la frialdad que Stubby demostraba en aquellas espeluznantes condiciones. Se sorprendieron aún más cuando cierto día se incorporó sobre si mismo para dejar la relativa seguridad de las trincheras y vagar sin rumbo en tierra de nadie. Impertérrito ante las explosiones de mortero y el fuego cruzado de ametralladoras, afrontó el peligro para localizar soldados americanos heridos. Enfermó al estar expuesto al gas mostaza, per después de esto adquirió gran sensibilidad al gas y ladraría agitadamente ante la presencia de éste en el aire. Varias veces salvó a toda su sección alertándoles de la presencia del gas en el aire. Durante su tiempo en Francia con la 102 Infantería Stubby realizó servicios como centinela nocturno, mensajero de inteligencia entre trincheras, y perro de búsqueda y rescate. Una gran acción heroica de Stubby fue cuando sin ayuda capturó a un espía alemán que estaba consiguiendo información en posiciones aliadas. Stubby le sacó de su escondrijo mordiéndole la culera del pantalón sin dejarle ir, para el deleite y disfrute de la sección. Stubby ascendió al rango de sargento. Hacia el final de la guerra el leal Pit Bull fue gravemente herido en un ataque alemán sobre la posición americana. El enemigo cargo las trincheras aliadas y una granada explotó cerca de Stubby. Los soldados de la 102 corrieron en su auxilio, parecía estar muerto después de la explosión, los hombres así lo creían, ya que había recibido un golpe directo con metralla alojada en su pecho y pierna derecha. Aunque sangrando y destrozado, él estaba todavía vivo y fue llevado al hospital de campaña. Como su situación fue declarada como crítica, fue llevado al hospital de campaña de la Cruz Roja Americana donde los doctores le practicaron cirugía de urgencia para salvar su vida. Una vez recuperado volvió al frente donde continuó sirviendo y protegiendo a los hombres de la 102. Sirvió en 17 batallas durante la primera guerra mundial, Stubby volvió a los EEUU en abril de 1919, recibido como un héroe de guerra. El gobierno francés le concedió 4 medallas por valentía, incluida la gran Medalla de Guerra de la República Francesa. El ejército de los EEUU también le concedió varias medallas, como El Corazón Púrpura, por haber sido herido en combate sirviendo por su país. Stubby conoció al presidente Wilson en la Casa Blanca y saludó al comandante en jefe, levantando su pezuña hasta su ojo.Tras su muerte el Instituto Smithsonian colocó una placa en su honor al perro soldado más condecorado en la historia militar de los EEUU – distinción que todavía conserva
Bobby de Greyfriars: Ejemplo de lo que un perro es capaz de hacer por su amo, Bobby de Greyfriars es hoy uno de los símbolos de la capital escocesa. Hacia 1850 John Grey se radica en Edimburgo (Escocia) donde se une a la policía de Edimburgo como vigilador nocturno. Luego de algunos años, la familia Grey adpota al pequeño Bobby, un Skye Terrier que con el tiempo se convertiría en su inseparable compañero. John, que padecía de tuberculosis falleció el 15 de febrero de 1858 y es sepultado en los terrenos adyacentes a la iglesia de Greyfriars. Durante los catorce años siguientes a la muerte de su amo, Bobby se negó a alejarse de la iglesia, aún en las épocas de clima más riguroso. Los vecinos, sensibilizados por la increíble lealtad de Bobby, lo alimentaron y contruyeron para él un refugio en los terrenos de la iglesia, aún cuando los perros no eran permitidos en el sector de las sepulturas. Tras la muerte de Bobby, en 1872, la Baronesa A.G. Burdett-Coutts, conmovida por la historia, encargó una escultura, que fué emplazada en 1873 frente a la iglesia de Greyfriars. Los restos de Bobby están sepultados a escasos metros de los de su amo, y el 13 de mayo de 1981, en una ceremonia presidida por el Duque de Gloucester, la Dog Aid Society de Escocia le agregó una pequeña lápida que reza: "Greyfriars Bobby - died 14th January 1872 - aged 16 years - Let his loyalty and devotion be a lesson to us all".
Hachiko: Una historia parecida es la del Akita nacido en 1923 en Japón. Su amo, Eisaburo Ueno, era profesor del departamento de agricultura de la Universidad de Tokio. Como tenía las patas delanteras estaban levemente desviadas, lo llamó Hachi (ocho en japonés) por la similitud con una de las partes del Kanji (letra japonesa) que sirve para representar al número ocho. En verdad el perro estaba destinado a la hija del profesor, pero el profesor pronto se encariñó con el perro al que adoraba enérgicamente. El perro le saludaba cada día desde la puerta principal y le despedía al final del día en la cercana estación de Shibuya. Incluso tras la muerte de Ueno en el 1925, Hachiko volvió cada día a la estación a esperarle, y lo hizo durante los diez años que transcurrieron hasta su propia muerte. La devoción que Hachiko sentía hacia su amo fallecido conmovió a los que le rodeaban, que le apodaron el perro fiel. En 1934 una estatua de bronce fue erigida en su honor en la estación de Shibuya, y el propio Hachiko estuvo presente el día que se presentó la estatua. La estatua fue reutilizada a causa de la Segunda Guerra Mundial, pero se erigió otra estatua en 1947, que aún permanece y es un lugar de encuentro extremadamente popular, tanto que en ocasiones la aglomeración de gente dificulta el encuentro. Hachiko es el protagonista de la película de 1987 Hachiko monogatari.
Chonino: Desde 1991, en Buenos Aires hay una calle llamada Pasaje Chonino. Chonino fue adiestrado como perro de seguridad y clasificado, por su voluntad, espíritu de lucha y potencia, como perro de presa, lo que significa que sólo podía entrar en acción cuando había peligro de vida, tanto para sus conductores como para terceros inocentes.
El 2 de Junio de 1983 durante un patrullaje, observan los policías que dos hombres manoseaban en forma sospechosa las puertas de los autos allí estacionados. Los sospechosos repelen a tiros el pedido de identificación. Chonino por instinto propio y sin perder el tiempo, al ver agredido a su guía, se lanza al ataque, mientras el tiroteo entre policías y ladrones continuaba. Todo se transforma en una triste sinfonía de disparos, ladridos, fogonazos, lluvia y sangre. El suboficial Iani recibe graves impactos de bala. El delincuente restante termina con la vida de Chonino de un disparo en el corazón. Ambos asaltantes escapan heridos, pero Chonino muere tras arrastrarse junto a su guía. En su boca llevaba un trozo de bolsillo que contenía los documentos de los asaltantes. Esto permitió una pronta identificación, que culminó con la detención de los delincuentes que hoy están cumpliendo una condena de reclusión perpetua y jamás podrán olvidarse de este perro que intentó detenerlos. Desde el año 1996, por pedido de la periodista y escritora Cora Cané y con el apoyo de sus lectores se celebra todos los 2 de Junio, el Día Nacional del perro.
Becerrillo: fue uno de los más eficaces perros de combate que sirvieron en las filas del ejército español durante la conquista de las tierras americanas. Este ejemplar perteneciente a la raza de los alanos españoles sólo sería igualado en destreza y fidelidad por su hijo Leoncillo. Según la crónicas latinoamericanas, Becerrillo era descomunal, con muchas manchas de color negro que irregularizaban su pelaje rojizo. Además, poseía una nariz oscura y unos ojos de color ocre que se hallaban circundados por pelo de tintes negruzcos. Tenía una mandíbula poderosa que albergaba unos dientes afiladísimos, capaces de arrancar de cuajo la extremidad de un adulto sin mayores dificultades.
Balto: El famoso perro-lobo es una historia real. En 1925 un solitario pueblo ubicado en el noroeste de Alaska, Nome, sufría una epidemia de difteria. El único médico del pueblo se comunico con el hospital de Anchorage, a varios cientos de kilómetros de distancia para solicitar dosis de vacunas para todos los habitantes de Nome, aunque tenían un problema: el transporte. La solución llegó la de mano de Gunnar Kaasen y su equipo de Siberian Huskys guiados por Balto, el más experimentado de sus perros. En medio de una terrible tormenta de nieve, por más de 1000 kilómetros y sólo guiado por el instinto de Balto, las vacunas llegaron a tiempo para parar la epidemia. Balto y los demás Siberian Huskys fueron vendidos al zoológico de Cleveland en 1927. Tras su muerte en 1933 Balto fue embalsamado, y está expuesto en el Museo de Historia Natural de Cleveland. Balto tiene su estatua en Nome y en el parque central de New York.
Barry: Barry es el nombre del perro de raza San Bernardo más famoso de la historia. Entre 1800 y 1812 vivió en el Hospicio de San Bernardo, ubicado en el paso homónimo, en Suiza. Allí ayudaba a los monjes del Hospicio, auxiliando viajeros y peregrinos extraviados, aportando su notable desenvolvimiento en la nieve y sentido de orientación Su fama se debe a una leyenda iniciada a fines de 1860, que da cuenta del heroico rescate de 40 viajeros perdidos, hasta que el último de ellos lo confunde con un lobo y le da muerte. Aunque esta historia es falsa, ha sido reproducida por decenas de libros y revistas, contribuyendo a acrecentar notablemente la fama de los San Bernardo.
En 1812 un monje lo lleva a la ciudad de Berna, donde muere en 1814. Su cuerpo embalsamado se encuentra expuesto en la entrada del Museo de Historia Natural de Berna - Suiza.
Stubby: es un Pit Bull perteneciente a un soldado de la armada que cuando recibió órdenes de partir hacia la guerra en Europa, se lo metió bajo el abrigo y juntos embarcaron hacia Francia. La 102 Infantería, y su nueva mascota Stubby, alcanzaron las trincheras del frente francés en febrero de 1918. Los primeros 30 días fueron un bombardeo continuo noche y día. Los soldados de la unidad estaban asombrados de la frialdad que Stubby demostraba en aquellas espeluznantes condiciones. Se sorprendieron aún más cuando cierto día se incorporó sobre si mismo para dejar la relativa seguridad de las trincheras y vagar sin rumbo en tierra de nadie. Impertérrito ante las explosiones de mortero y el fuego cruzado de ametralladoras, afrontó el peligro para localizar soldados americanos heridos. Enfermó al estar expuesto al gas mostaza, per después de esto adquirió gran sensibilidad al gas y ladraría agitadamente ante la presencia de éste en el aire. Varias veces salvó a toda su sección alertándoles de la presencia del gas en el aire. Durante su tiempo en Francia con la 102 Infantería Stubby realizó servicios como centinela nocturno, mensajero de inteligencia entre trincheras, y perro de búsqueda y rescate. Una gran acción heroica de Stubby fue cuando sin ayuda capturó a un espía alemán que estaba consiguiendo información en posiciones aliadas. Stubby le sacó de su escondrijo mordiéndole la culera del pantalón sin dejarle ir, para el deleite y disfrute de la sección. Stubby ascendió al rango de sargento. Hacia el final de la guerra el leal Pit Bull fue gravemente herido en un ataque alemán sobre la posición americana. El enemigo cargo las trincheras aliadas y una granada explotó cerca de Stubby. Los soldados de la 102 corrieron en su auxilio, parecía estar muerto después de la explosión, los hombres así lo creían, ya que había recibido un golpe directo con metralla alojada en su pecho y pierna derecha. Aunque sangrando y destrozado, él estaba todavía vivo y fue llevado al hospital de campaña. Como su situación fue declarada como crítica, fue llevado al hospital de campaña de la Cruz Roja Americana donde los doctores le practicaron cirugía de urgencia para salvar su vida. Una vez recuperado volvió al frente donde continuó sirviendo y protegiendo a los hombres de la 102. Sirvió en 17 batallas durante la primera guerra mundial, Stubby volvió a los EEUU en abril de 1919, recibido como un héroe de guerra. El gobierno francés le concedió 4 medallas por valentía, incluida la gran Medalla de Guerra de la República Francesa. El ejército de los EEUU también le concedió varias medallas, como El Corazón Púrpura, por haber sido herido en combate sirviendo por su país. Stubby conoció al presidente Wilson en la Casa Blanca y saludó al comandante en jefe, levantando su pezuña hasta su ojo.Tras su muerte el Instituto Smithsonian colocó una placa en su honor al perro soldado más condecorado en la historia militar de los EEUU – distinción que todavía conserva
Bobby de Greyfriars: Ejemplo de lo que un perro es capaz de hacer por su amo, Bobby de Greyfriars es hoy uno de los símbolos de la capital escocesa. Hacia 1850 John Grey se radica en Edimburgo (Escocia) donde se une a la policía de Edimburgo como vigilador nocturno. Luego de algunos años, la familia Grey adpota al pequeño Bobby, un Skye Terrier que con el tiempo se convertiría en su inseparable compañero. John, que padecía de tuberculosis falleció el 15 de febrero de 1858 y es sepultado en los terrenos adyacentes a la iglesia de Greyfriars. Durante los catorce años siguientes a la muerte de su amo, Bobby se negó a alejarse de la iglesia, aún en las épocas de clima más riguroso. Los vecinos, sensibilizados por la increíble lealtad de Bobby, lo alimentaron y contruyeron para él un refugio en los terrenos de la iglesia, aún cuando los perros no eran permitidos en el sector de las sepulturas. Tras la muerte de Bobby, en 1872, la Baronesa A.G. Burdett-Coutts, conmovida por la historia, encargó una escultura, que fué emplazada en 1873 frente a la iglesia de Greyfriars. Los restos de Bobby están sepultados a escasos metros de los de su amo, y el 13 de mayo de 1981, en una ceremonia presidida por el Duque de Gloucester, la Dog Aid Society de Escocia le agregó una pequeña lápida que reza: "Greyfriars Bobby - died 14th January 1872 - aged 16 years - Let his loyalty and devotion be a lesson to us all".
Hachiko: Una historia parecida es la del Akita nacido en 1923 en Japón. Su amo, Eisaburo Ueno, era profesor del departamento de agricultura de la Universidad de Tokio. Como tenía las patas delanteras estaban levemente desviadas, lo llamó Hachi (ocho en japonés) por la similitud con una de las partes del Kanji (letra japonesa) que sirve para representar al número ocho. En verdad el perro estaba destinado a la hija del profesor, pero el profesor pronto se encariñó con el perro al que adoraba enérgicamente. El perro le saludaba cada día desde la puerta principal y le despedía al final del día en la cercana estación de Shibuya. Incluso tras la muerte de Ueno en el 1925, Hachiko volvió cada día a la estación a esperarle, y lo hizo durante los diez años que transcurrieron hasta su propia muerte. La devoción que Hachiko sentía hacia su amo fallecido conmovió a los que le rodeaban, que le apodaron el perro fiel. En 1934 una estatua de bronce fue erigida en su honor en la estación de Shibuya, y el propio Hachiko estuvo presente el día que se presentó la estatua. La estatua fue reutilizada a causa de la Segunda Guerra Mundial, pero se erigió otra estatua en 1947, que aún permanece y es un lugar de encuentro extremadamente popular, tanto que en ocasiones la aglomeración de gente dificulta el encuentro. Hachiko es el protagonista de la película de 1987 Hachiko monogatari.
Chonino: Desde 1991, en Buenos Aires hay una calle llamada Pasaje Chonino. Chonino fue adiestrado como perro de seguridad y clasificado, por su voluntad, espíritu de lucha y potencia, como perro de presa, lo que significa que sólo podía entrar en acción cuando había peligro de vida, tanto para sus conductores como para terceros inocentes.
El 2 de Junio de 1983 durante un patrullaje, observan los policías que dos hombres manoseaban en forma sospechosa las puertas de los autos allí estacionados. Los sospechosos repelen a tiros el pedido de identificación. Chonino por instinto propio y sin perder el tiempo, al ver agredido a su guía, se lanza al ataque, mientras el tiroteo entre policías y ladrones continuaba. Todo se transforma en una triste sinfonía de disparos, ladridos, fogonazos, lluvia y sangre. El suboficial Iani recibe graves impactos de bala. El delincuente restante termina con la vida de Chonino de un disparo en el corazón. Ambos asaltantes escapan heridos, pero Chonino muere tras arrastrarse junto a su guía. En su boca llevaba un trozo de bolsillo que contenía los documentos de los asaltantes. Esto permitió una pronta identificación, que culminó con la detención de los delincuentes que hoy están cumpliendo una condena de reclusión perpetua y jamás podrán olvidarse de este perro que intentó detenerlos. Desde el año 1996, por pedido de la periodista y escritora Cora Cané y con el apoyo de sus lectores se celebra todos los 2 de Junio, el Día Nacional del perro.
Becerrillo: fue uno de los más eficaces perros de combate que sirvieron en las filas del ejército español durante la conquista de las tierras americanas. Este ejemplar perteneciente a la raza de los alanos españoles sólo sería igualado en destreza y fidelidad por su hijo Leoncillo. Según la crónicas latinoamericanas, Becerrillo era descomunal, con muchas manchas de color negro que irregularizaban su pelaje rojizo. Además, poseía una nariz oscura y unos ojos de color ocre que se hallaban circundados por pelo de tintes negruzcos. Tenía una mandíbula poderosa que albergaba unos dientes afiladísimos, capaces de arrancar de cuajo la extremidad de un adulto sin mayores dificultades.
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1 comentario:
Es interesante saber que tienen una historia tan particular, aunque no me sorprende. Ya sabía que el ejército español de la conquista de América usó perros para combatir hombres, pero aquí, en México no se sabe nada acerca de nombres como Becerrillo. Infausto entrenamiento el que recibió tan noble animal. Me pregunto cómo se explica la historia desde el otro lado del atlántico. Supongo que deben estar orgullosos los maestros de historia al contar el 1521, o estoy equivocado? Por favor, comparte lo que sientas en argentik@hotmail.com
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