miércoles, 30 de junio de 2010
AMIGO ALEMÁN
La escritora Laura Ororbia, con una mirada profunda, personal, cruda y humana a la vez, describió la enfermedad en un poema, a ella agradezco el habérmelo enviado y cedido para su publicación...
Amigo Alemán (frase prestada por Susana Bruffman. A ella)
Al amigo alemán le vieron recorrer las cándidas miradas.
La incomprensión lo presupuso agazapado bajo el arco del bombín, lo rotuló senil.
Rondó el Vademécum en busca del aura que lo contuviera … o lo soportara.
Fue fracasado con electrochoque.
Recetado el aislamiento, amortajó el afecto en viejas casonas, y fue cobayo infiel, por momentos a su estado.
Contra iones certeros de profunda lucidez conoció el calvario, y la tortura lo confundió aún más.
- Trabajó, supo amar, ¿por qué no lo querían?-
Un campo de concentración criminal ocupó su cabeza, y dejó de hablar.
El cuerpo se consumió al compás de prácticas neuropastillas.
Dejó de caminar, se meó encima y adormeció su picardía definitivamente.
Antes, mucho antes supo que la ceguera de la ciencia lo llevaría al patíbulo sin amores, y que, los cómodos comprimidos neurológicos inhibirían la mente hasta el suicidio del cuerpo.
Lo bautizaron Alzheimer a mi amigo el alemán.
Laura Ororbia
Amigo Alemán (frase prestada por Susana Bruffman. A ella)
Al amigo alemán le vieron recorrer las cándidas miradas.
La incomprensión lo presupuso agazapado bajo el arco del bombín, lo rotuló senil.
Rondó el Vademécum en busca del aura que lo contuviera … o lo soportara.
Fue fracasado con electrochoque.
Recetado el aislamiento, amortajó el afecto en viejas casonas, y fue cobayo infiel, por momentos a su estado.
Contra iones certeros de profunda lucidez conoció el calvario, y la tortura lo confundió aún más.
- Trabajó, supo amar, ¿por qué no lo querían?-
Un campo de concentración criminal ocupó su cabeza, y dejó de hablar.
El cuerpo se consumió al compás de prácticas neuropastillas.
Dejó de caminar, se meó encima y adormeció su picardía definitivamente.
Antes, mucho antes supo que la ceguera de la ciencia lo llevaría al patíbulo sin amores, y que, los cómodos comprimidos neurológicos inhibirían la mente hasta el suicidio del cuerpo.
Lo bautizaron Alzheimer a mi amigo el alemán.
Laura Ororbia
Publicado por
Es bueno comunicarnos
en
14:57
Etiquetas:
LAURA ORORBIA (Escritora),
POETAS DE MI CIUDAD
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