El uso de los cosméticos es tan antiguo como la historia de la humanidad.
Desde sus orígenes, el hombre y la mujer se pigmentaron la piel con colorantes vegetales y minerales. Este ritual de maquillarse el rostro y el cuerpo se utilizaba generalmente para la preparación de rituales religiosos, para asistir a la guerra o constantemente, como símbolo de poder.
El enfoque de los cosméticos, en el que se privilegia la belleza hace que frecuentemente se obvie el proceso de análisis sobre cuáles son los cosméticos idóneos para cada tipo de persona, de acuerdo con su edad y características físicas.
Hay que tener en cuenta que el exceso de productos sobre la piel o la falta de conocimiento sobre la forma en que deben retirarse los cosméticos, pueden alterar la estabilidad de la epidermis.
Uno de los mejores ejemplos es el acné en las mujeres que, en algunas ocasiones, no está determinado por factores hormonales o alimenticios, sino por exceso de maquillaje, taponando la respiración de la piel y generando cúmulos de grasa que dan origen al mismo. De la misma forma, pueden producirse diversas reacciones en la piel como dermatitis, erupciones y sensibilidad.. Por ejemplo, si una crema hidratante para la piel grasosa, es utilizada por alguien con piel seca, puede causarle erupciones y escozor, pues contiene principios activos, cuya función es secar y cicatrizar la dermis.
Existen dos tipos básicos de cosméticos: las cremas faciales–corporales y el maquillaje: Todas las personas deben utilizar las cremas faciales desde temprana edad. Desde la niñez y, sin excepción, se debe utilizar un bloqueador solar si se quieren evitar problemas relacionados con el cáncer de piel y con las arrugas prematuras. Durante esta etapa se debe empezar a forjar en las personas el hábito de limpiar el rostro en la mañana y en la noche.
Durante la adolescencia las personas además de limpiar debidamente la piel para evitar en lo posible la aparición del acné juvenil, deben empezar a aplicar cremas humectantes suaves de día y de noche.
Cuando la piel se va haciendo madura va exigiendo mayor calidad del tratamiento. Por esto, las personas después de los 30 años deben empezar a utilizar cremas especializadas, obtenidas de extractos vegetales o minerales generalmente hipoalergénicas. Se encuentran así, cremas y geles para el contorno de los ojos, para el cuello, para las arrugas de la boca y frente, y cremas para cutis grasoso, seco, normal o mixto.
No es posible decir que los productos más costosos son los mejores para la piel. Sin embargo, las casas de belleza más famosas y tradicionales –que generalmente manejan precios elevados- ofrecen productos de muy buena calidad, puesto que más que ser fábricas de producción, son constantes centros de investigación sobre la piel. Estas mismas firmas, entendieron que la brecha entre belleza y salud debe cerrarse.
La búsqueda de un dermatólogo y un esteticista debe ser el punto de partida para la decisión de una línea de productos. Conocer las características físicas de la piel y relacionarlas con las tendencias de moda es posible, siempre y cuando, haya personas expertas dando sus consejos sobre el uso de los cosméticos.
1 comentario:
Hola,me gustaría ver una nota sobre como cuidar la piel en verano, y sobre todo explicando lo dañino del sol en horas pico, la gente parece no importale la salud y lo que traerá con el tiempo esos descuidos.
Gracias.
Publicar un comentario