Por obra del destino nos conocimos,
llevabas chispitas en tus ojos
picardía y bondad en tu sonrisa
escuchabas sin reproches, sin juicios;
en tu alma, la llama de la fuerza, del ímpetu
porque a tu voluntad todo era posible,
tu corazón estaba abierto, abrazaba
irradiabas optimismo, alegría
porque siendo todo un hombre
seguías la filosofía de un niño
protector y defensor de hombres,
alegre, luchador y fuerte,
le jugabas bromas a la vida,
te fuiste jugando quizás?
nos duele tu partida y dolerá tu ausencia
hasta el encuentro, duende travieso
risueño y juguetón.
Hasta siempre, Flaco querido.
1 comentario:
HERMOSO LO QUE ESCRIBISTE MA, Y TAN VERDADERO. REALMENTE UNA GRAN PERSONA Y MUY QUERIBLE. QUE DESCANSE EN PAZ Y SE LLEVE TODO EL CARIÑO QUE MERECE. TOLI.
Publicar un comentario