Opresión en el pecho.
Hormigueo o mariposas en el estómago.
Sudor en las palmas de las manos. Palpitaciones.
Dificultad para tragar o para respirar.
Sequedad en la boca.
Temblor corporal. Manos y pies fríos.
Tensión muscular. Falta o aumento de apetito.
Diarrea o estreñimiento. Fatiga.
EMOCIONAL
Inquietud, nerviosismo, ansiedad, temor o angustia.
Deseos de llorar y/o un nudo en la garganta.
Irritabilidad, enojo o furia constante o descontrolada.
Deseos de gritar, golpear o insultar.
Miedo o pánico, que si llega a ser muy intenso puede llevar a sentirnos "paralizados".
Preocupación excesiva, que incluso se manifesta con la sensación de no poder controlar nuestro pensamiento. Pensamiento catastrófico.
La necesidad de que "algo" suceda, para que se acabe la "espera".
La sensación de que la situación nos supera. Dificultad para tomar decisiones.
Dificultad para concentrarse. Disminución de la memoria. Lentitud de pensamiento.
Cambios de humor constantes. Depresión.
EN LA CONDUCTA
Moverse constantemente. Risa nerviosa. Rechinar los dientes.
Tics nerviosos. Problemas sexuales. Comer en exceso o dejar de hacerlo.
Beber o fumar con mayor frecuencia. Dormir en exceso o sufrir de insomnio.
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