domingo, 10 de octubre de 2010
NOBEL DE LITERATURA 2010 PARA MARIO VARGAS LLOSAS
La Academia Sueca ha roto la tendencia de los últimos años y ha concedido a Mario Vargas Llosa el premio Nobel de Literatura, el primero que recibe un escritor en lengua española desde 1990, cuando lo recibió Octavio Paz.
Vargas Llosa era un clásico de los candidatos al Nobel desde hacía muchos años. Su candidatura, sin embargo, parecía en declive. Primero, se argumentó que el Nobel de Gabriel García Márquez ya competía para todos los escritores de su generación, la del 'Boom' latinoamericano. Después, se consideró que su postura política, liberal, crítica con la socialdemocracia, no era coherente con la línea de la Academia sueca. Los nombres muy conocidos también habían desaparecido de la lista en los últimos tiempos.
La carrera y la vida de Vargas Llosa es conocida: su infancia en una familia de clase media descompuesta está contada en 'Los cachorros' y en 'La ciudad y los perros', ambientada en el colegio militar Leoncio Prado. El paisaje de su juventud limeña aparece en 'Conversación en La Catedral'. Sus años en Bolivia se dejan ver en 'Pantaleón y las visitadoras'...
Después, Vargas Llosa se trasladó a Barcelona y se convirtió en núcleo duro del 'Boom' latinoamericano, junto al que entonces era su amigo Gabriel García Márquez, y al amparo del editor Carlos Barral. Vargas Llosa sólo volvió a Perú para competir en las elecciones presidenciales de 1990. El escritor, que se presentó con un programa de corte liberal, perdió las elecciones en contra de todos los pronósticos ante un candidato de origen japonés casi desconocido: Alberto Fujimori.
Pese a esa derrota, Vargas Llosa no ha renunciado a su faceta de observador de la sociedad y la política a través de su actividad periodística, ni ha dejado de escribir novelas de tema político, como 'La fiesta del chivo'. Su doctrina es clara: defensa del individuo sobre el colectivo, liberalismo económico, defensa estética de la tradición racionalista de Occidente...
Esa postura le ha creado muchos detractores a Vargas Llosa y, de hecho, lo alejó durante años de los favoritos al Nobel. Nadie, sin embargo, ha dejado de valorar la literatura del escritor peruano. Sus bazas: el oído para los sonidos del lenguaje oral, la capacidad para crear tramas complejas sin que sus obras se banalizaran, la creación de un espacio y un paisaje muy personales...
www.elmundo.es
Vargas Llosa era un clásico de los candidatos al Nobel desde hacía muchos años. Su candidatura, sin embargo, parecía en declive. Primero, se argumentó que el Nobel de Gabriel García Márquez ya competía para todos los escritores de su generación, la del 'Boom' latinoamericano. Después, se consideró que su postura política, liberal, crítica con la socialdemocracia, no era coherente con la línea de la Academia sueca. Los nombres muy conocidos también habían desaparecido de la lista en los últimos tiempos.
La carrera y la vida de Vargas Llosa es conocida: su infancia en una familia de clase media descompuesta está contada en 'Los cachorros' y en 'La ciudad y los perros', ambientada en el colegio militar Leoncio Prado. El paisaje de su juventud limeña aparece en 'Conversación en La Catedral'. Sus años en Bolivia se dejan ver en 'Pantaleón y las visitadoras'...
Después, Vargas Llosa se trasladó a Barcelona y se convirtió en núcleo duro del 'Boom' latinoamericano, junto al que entonces era su amigo Gabriel García Márquez, y al amparo del editor Carlos Barral. Vargas Llosa sólo volvió a Perú para competir en las elecciones presidenciales de 1990. El escritor, que se presentó con un programa de corte liberal, perdió las elecciones en contra de todos los pronósticos ante un candidato de origen japonés casi desconocido: Alberto Fujimori.
Pese a esa derrota, Vargas Llosa no ha renunciado a su faceta de observador de la sociedad y la política a través de su actividad periodística, ni ha dejado de escribir novelas de tema político, como 'La fiesta del chivo'. Su doctrina es clara: defensa del individuo sobre el colectivo, liberalismo económico, defensa estética de la tradición racionalista de Occidente...
Esa postura le ha creado muchos detractores a Vargas Llosa y, de hecho, lo alejó durante años de los favoritos al Nobel. Nadie, sin embargo, ha dejado de valorar la literatura del escritor peruano. Sus bazas: el oído para los sonidos del lenguaje oral, la capacidad para crear tramas complejas sin que sus obras se banalizaran, la creación de un espacio y un paisaje muy personales...
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