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jueves, 29 de julio de 2010

DR. RENÉ FAVALORO (ejemplo de dedicación, ética, amor a la profesión y al prójimo)

UN PEQUEÑO HOMENAJE A 10 AÑOS DE LA PARTIDA...

Favaloro nació en 1923, se graduó en 1949 y ejerció 12 años como médico rural en la localidad de Jacinto Aráuz. En 1962 se fue a la Cleveland Clinic, donde ganó fama y prestigio mundiales. Entonces decidió regresar al país, en 1971, para crear, cuatro años más tarde, la Fundación Favaloro, a la que imaginaba idéntica a la Cleveland estadounidense.

La Fundación le permitió formar más de 400 médicos residentes bajo su supervisión, atender más de 347.725 consultas, 273.276 estudios no invasivos, 19.262 cateterismos, 5.894 cateterisrnos terapéuticos, 470 trasplantes y 20.174 cirugías.

Su trato con la Muerte: "Todos nos vamos a morir. No tengo miedo: me codeo con la muerte todos los días. Mi madre murió a los 91 años, mi padre a los 86; pero eso no quiere decir nada. A pesar de venir de una familia profundamente católica, creo que ''Chau, bueno, se terminó para siempre''. Por eso cada día hay que tratar de hacer lo mejor para uno, la familia y la sociedad. Lo que va a quedar es el recuerdo".

Nacido en La Plata, el 12 de julio de 1923, hijo de un carpintero y de una modista, René Favaloro vivió una infancia pobre en el barrio El Mondongo, un barrio de inmigrantes. En los potreros aprendió a amar el fútbol, y se hizo un hincha fanático de Gimnasia y Esgrima. Estudioso, fue un alumno aplicado, que hizo de la autodisciplina una filosofía de vida. En 1949 se graduó como médico en la Universidad Nacional de La Plata.

Para él, la medicina era un apostolado, tal como la consideraban los maestros griegos. Desde que era estudiante había pensado en ejercer su profesión en algún pueblo del interior. En 1950 se radicó en Jacinto Aráuz, un perdido pueblito de La Pampa. Casado con María Antonia, su novia de la escuela secundaria, Favaloro pasó a ser en ese rincón pampeano el médico de todos. Austero, vivió con su mujer en una vieja casa.

En su libro Recuerdos de un médico rural, cuenta: " En ella empezamos a organizar eso que llamamos clínica y que, en verdad, era sólo un centro asistencial adecuado a las necesidades de la zona". Dos años después de la radicación de Favaloro en La Pampa, llegó su hermano, también médico, y con grandes sacrificios armaron una sala de cirugía. Empecinados, trabajando más de 12 horas por día, los dos hermanos pudieron por fin comprar un equipo de rayos X. Escribía, "Todo lo que ganábamos lo invertíamos para agrandar y mejorar la clínica. Jamás compramos una sola hectárea de campo en Jacinto Aráuz." Pero su destino no era el de ser un buen médico rural.

En 1962 viajó a los Estados Unidos a la Cleveland Clinic, para especializarse en cirugía torácica y cardiovascular. Cinco años después, desarrolló con éxito la técnica del by-pass aorto coronario. En 1992, The New York Times lo consideró un "héroe mundial que cambió parte de la medicina moderna y revolucionó la medicina cardíaca". El diario estadounidense no exageraba: Favaloro realizó 13.000 by-pass hasta sus 69 años, cuando decidió dedicarse íntegramente a la enseñanza. Su paso por la célebre Cleveland Clinic, sus hallazgos científicos, le dieron un prestigio internacional que su modestia trataba de atenuar.

Es larga la lista de distinciones internacionales que recibió. Pero la que mas lo emociono fue cuando en 1980 la Universidad de Tel Aviv lo designó Doctor Honoris Causa. Regresó a la Argentina en 1971, con la determinación de poner a nuestro servicio su prestigio y meritos en aras de lograr que la medicina estuviera al servicio de la gente. Se hizo cargo del Departamento de Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades Torácicas y Cardiovasculares del Sanatorio Güemes. Desde entonces su prestigio fue en aumento. Organizó la Fundación Favaloro, que ha realizado decenas de trasplantes de corazón en el país.

Nunca tuvo pelos en la lengua, denunció la corrupción de la dirigencia política y propugnó una medicina social al servicio del hombre. Le gustaba hablar sobre casi todos los temas, con palabras sencillas pero cargadas de crudeza lógica, que normalmente provocaban rechazo en los sectores de poder. Como Medico lógico y cabal, no dudó en dar a conocer nuevos conceptos, que no siempre caían bien en sus colegas, como el que tomar con moderación un poco de vino y unos tragos de whisky podrían prevenir la ateroesclerosis.

Muchas pueden ser las causas de su decisión, pero no NOS DEJEMOS ENGAÑAR: LA ABSOLUTA FALTA DE CONCIENCIA SOCIAL, DE POLÍTICOS Y GOBERNANTES. EL DESMEMBRAMIENTO DEL SISTEMA DE SALUD, EN ARAS DE UNA GLOBALIZACIÓN COMERCIAL Y FINANCIERA, FRÍA Y CRUEL, QUE NO TOMA EN CUENTA AL MAS NECESITADO. LA INDIFERENCIA ANTE SUS RECLAMOS PARA LOGRAR LOS FONDOS QUE EL GOBIERNO ADEUDA A SU FUNDACIÓN. EL VER QUE TODO UN PAÍS, "SU PAÍS", JUNTO CON SUS GOBERNANTES, SE MOVILIZARA PARA SALVAR DE LA QUIEBRA A UN CLUB DE FÚTBOL, Y NO TUVIERAN EN CUENTA QUE SU FUNDACIÓN, CREADA PARA AYUDAR AL NECESITADO, ESTUVIERA DESTINADA A DESAPARECER. FUERAN LOS MOTIVOS PRINCIPALES QUE LO LLEVARON A TERMINAR CON SU VIDA.

A principios de 1994, tuve el honor de obtener la desinteresada ayuda del Dr. FAVALORO, en una investigación personal , sobre la Ecología y Medio Ambiente. Sus conceptos, expresados con Humildad y Sencillez, dejaron en mi, una imborrable marca. NO PERMITAMOS, QUE LA OBRA DE TAN ILUSTRE ARGENTINO DESAPAREZCA A CAUSA DE NUESTRA NEGLIGENCIA Y ESTUPIDEZ.

Reconocimientos y distinciones Favaloro fue miembro activo de 26 sociedades, correspondiente de 4, y honorario de 43. Recibió innumerables distinciones internacionales entre las que se destacan: el Premio John Scott 1979, otorgado por la ciudad de Filadelfia, EE.UU; la creación de la Cátedra de Cirugía Cardiovascular "Dr René G. Favaloro" (Universidad de Tel Aviv, Israel, 1980); la distinción de la Fundación Conchita Rábago de Giménez Díaz (Madrid, España, 1982); el premio Maestro de la Medicina Argentina (1986); el premio Distinguished Alumnus Award de la Cleveland Clinic Foundation (1987); The Gairdner Foundation International Award, otorgado por la Gairdner Foundation (Toronto, Canadá, 1987); el Premio René Leriche 1989, otorgado por la Sociedad Internacional de Cirugía; el Gifted Teacher Award, otorgado por el Colegio Americano de Cardiología (1992); el Golden Plate Award de la American Academy of Achievement (1993); el Premio Príncipe Mahidol, otorgado por Su Majestad el Rey de Tailandia (Bangkok, Tailandia, 1999). Nota a Cargo de Ramón Regés

CARTA DE RENE FAVALORO AL PRESIDENTE DE LA RUA

Al presidente, Fernando De la Rúa Estimado Fernando: Te escribo estas líneas porque nuestra Fundación está al borde de la quiebra. Tenemos emergencias ineludibles que deben solucionarse en los próximos días. Necesitamos alrededor de 6 millones de pesos. No tengo conexiones con el empresariado argentino. A veces choco con algunos 'peces gordos' como Amalita o Goyo Perez Companc. Por eso, uno de los pedidos que te hice en nuestra última charla era que utilizaras tu influencia para conseguir la ayuda que tanto necesitamos. En fin, te ruego que influyas para conseguir una donación urgente, creo que es el camino más corto. Perdonáme por el pedido. Te escribo desde la desesperación. Nunca en mi vida estuve tan deprimido. Con el afecto de siempre...

CARTA DE RENE FAVALORO AL DIARIO "LA NACIÓN"

Al Director del Diario La Nación Estoy pasando uno de los momentos más difíciles de mi vida. La Fundación tiene graves problemas económico-financieros. Se nos adeuda 18 millones de dólares y se hace cada vez más difícil sostener nuestro trabajo diario, que como siempre se brinda a toda la comunidad sin distinción de ninguna naturaleza, con tecnología de avanzada y personal altamente calificado. Le envío una nota que destaca algunos hechos recientes; vea cómo se me trata en el mundo, en contraste con lo que sucede en mi país. Me refiero a aquellos vinculados al quehacer médico. La mayoría de las veces un empleado de muy baja categoría de una obra social -gubernamental o no- o de PAMI ni contesta mis llamados. En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir con nuestra tarea. Sólo quiero decir que el final se acerca de a poco. No es para que te asustes, pero todo está consumado, y siento que estoy solo en esta sociedad, realmente, de mierda. René Gerónimo Favaloro - 29 de Julio de 2000

Fuente: Planeta Sedna

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dr.Favaloro, cuanto agradecimiento le debe la humanidad por su aporte a la cardiología. Una pena la manera tremenda de su partida.

Edit dijo...

Un gran hombre... un ser humano increible.
Lo tenemos en nuestro corazón con un mucho afecto, con el dolor de saber que pudo evitarse su partida, si se lo hubiese respetado.

Es bueno comunicarnos dijo...

Estas son las concecuencias de gobiernos a los cuales los mueve sólo el egoísmo, el ansia de poder, el llevar agua para su molino, con intereses personales, mezquinos y los de su entorno cercano, sin importarles el bienestar de los ciudadanos; da vergüenza ajena; y cómo él, cuántos olvidados, sobre todo los científicos, investigadores, médicos que viven en el anonimato y dedican su vida a encontrar solución a los problemas de salud de la humanidad. Lamentable y doloroso.