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viernes, 9 de julio de 2010

9 DE JULIO, DECLARACION DE LA INDEPENDENCIA ARGENTINA

Tras una serie de medidas y después de arduas discusiones acerca de la forma de gobierno, el 9 de julio de 1816, a pedido del diputado jujeño Teodoro Sánchez de Bustamante, se discutió el proyecto de Declaración de la Independencia. Después de tres meses y medio de sesiones, el Congreso proclamó este día la existencia de una nueva nación libre e independiente de España u otras naciones: las "Provincias Unidas de Sud América". El diputado sanjuanino Francisco Narciso de Laprida preguntó: "¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?". Todos los diputados contestaron afirmativamente. De inmediato, se labró el "Acta de la Emancipación".

El 9 de julio de cada año se celebra en la Argentina el Día de la Independencia. Es una fecha importante, ya que evoca la jornada en que un grupo de representantes de las Provincias Unidas confirmó por escrito su intención de poner fin a siglos de dominio colonial español.
La declaración de la independencia fue un acto soberano y colectivo. El histórico Congreso de Tucumán reunió por primera vez a 28 diputados que sesionaron y debatieron día a día durante muchos meses para proyectar una nueva nación. Allí se trazaron los primeros lineamientos de lo que luego sería la Argentina.
Por eso, cuando se firmó el acta de la independencia se mandaron a imprimir 3000 ejemplares, de los cuales 1500 se hicieron en castellano, 1000 en quechua y 500 en aymara.Desde los comienzos de la Colonia, San Miguel de Tucumán había sido una ciudad importante. Era el paso obligado en la ruta que comunicaba el Potosí con el puerto de Buenos Aires.
Como en la región abundaba la madera, la ciudad se hizo famosa por la fabricación de carretas de excelente calidad. También se producían ponchos, frazadas y fajas. Las tejedoras indígenas los realizaban con antiguas técnicas y los teñían con tinturas vegetales de la zona.
Después de la revolución de mayo de 1810 y con el comienzo de las guerras de la independencia, la tranquila vida tucumana se alteró completamente. En 1812 se libró una batalla en las afueras de la ciudad, muy cerquita: la batalla de Tucumán. Durante los años siguientes se respiraba en el aire el olor a pólvora y todos temían un nuevo ataque del enemigo. Por ese motivo, a las diez de la noche había que suspender las actividades: no se podía circular por las calles, ni tampoco dejar ninguna lámpara encendida. A las diez en punto, Tucumán quedaba a oscuras.
¿Por qué el Congreso se reunió en Tucumán?
Varias son las razones. Pero la más importante quizás fue el hecho de que los españoles estaban ganando batallas y recuperando territorio en las provincias del norte. Las tropas realistas avanzaban desde el Alto Perú, y solamente estaba el general Martín Miguel de Güemes defendiendo el paso en Salta. Si los españoles lograban llegar a Tucumán, era muy probable que pudieran avanzar hacia Buenos Aires. Hacer el Congreso allí era, en cierto modo, una demostración de fuerza, una manera de defender la revolución. Otra razón importante fue que los diputados del interior eran mayoría y querían ponerle un límite al poder de Buenos Aires.
En ese tiempo San Miguel de Tucumán era una pequeña ciudad. La decisión de realizar allí el Congreso trajo algunos inconvenientes: iban a llegar muchas personas de golpe y la ciudad no estaba preparada para dar alojamiento a tanta gente. Tampoco había un lugar lo suficientemente grande como para realizar las reuniones del Congreso.
Pero las cosas finalmente se resolvieron. Algunos congresales fueron alojados en casas de familias tucumanas, cerca de la Plaza Mayor y el Cabildo. Otros pudieron ubicarse en los conventos o en las casas de algunos sacerdotes. Una señora tucumana, Francisca Bazán de Laguna, prestó su casa-la más grande de la ciudad- para que se realizaran las sesiones del Congreso, y hasta permitió que se derribaran paredes interiores para conseguir una sala más amplia.
En aquellos tiempos, los viajes de una ciudad del antiguo virreinato a otra eran largos e incómodos. Los caminos, de tierra y mal mantenidos. Durante la época de lluvias casi no se podía transitar, así que viajar en esas condiciones era bastante peligroso. De tanto en tanto los viajeros hacían paradas en el camino, en lugares especiales llamados "postas". Eran sus únicas oportunidades para lavarse, tomar o comer algo y descansar. Mientras tanto, se cambiaban los caballos cansados por otros, se cargaba agua fresca y se arreglaba algún desperfecto del vehículo.
En la época colonial, la carreta fue uno de los medios de transporte más utilizados para trasladar mercaderías y personas de un punto al otro del antiguo virreinato. Generalmente circulaban varias juntas, en las llamadas "tropas de carretas". Se construían en Tucumán. Los techos se hacían con cueros y la caja con junco tejido, mientras que las ruedas y la base eran de madera. Las ruedas medían más de dos metros de altura. ¿Por qué sería?
La casa donde se declaró la independencia era en 1816 la más grande de San Miguel de Tucumán. Su dueña, Francisca Bazán de Laguna, la donó para que el Congreso pudiera sesionar, y hasta permitió que se tiraran abajo algunas paredes para hacer lugar a los 28 diputados.En 1874, la casa fue adquirida por el Estado, y en 1941 se la declaró Monumento Histórico Nacional. Tras sucesivas refacciones, se reconstruyó su aspecto original. Hoy funciona en ella, el Museo Casa Histórica de la Independencia, que puede visitarse en la calle Congreso 141 de San Miguel de Tucumán, Tucumán.

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